05 May El origen de los churros en España
Ya sea desde Tokio hasta Los Ángeles, el churro es uno de los alimentos más famosos de la historia. Formado a partir de una masa frita compuesta por harina, agua y sal, el churro es capaz de conquistar a grandes y pequeños, tanto en desayunos como en meriendas.
Estos sabrosos palitos de masa, que suelen acompañarse de azúcar o chocolate para mojar, tienen su origen en dos vertientes. La primera de ellas apunta a que fueron los portugueses los que los introdujeron en la península en su retorno desde China, basados en el típico plato Youtiao (palitos fritos de pan) de la cocina tradicional china.
La segunda de las versiones atribuye este delicioso descubrimiento a los pastores españoles, quienes, a falta de horno, tuvieron la excelente idea de freír el pan. Cuenta la tradición que el nombre característico y popular de ?churro? les viene dado por el nombre de las ovejas churras.
Muchas son las pistas que apuntan a que incluso desde el siglo XIII, los andalusíes ya consumían este característico plato de masa frita formado por harina, agua y endulzado con miel.
A pesar de poder encontrarlo en diversas formas (bastón, lazos o espirales) y variantes (churros o porras), el clásico churro español es el que tiene forma de lazo, y su preparación está basada en la elaboración de la masa (similar a la de los buñuelos) a partir de la mezcla de harina y agua, para finalmente, tras haber logrado una especie de engrudo, agregar la pizca necesaria de sal. Será entonces cuando, una vez obtenida, deberemos de introducirla en una manga pastelera para ayudarnos en dar la forma correcta, y posteriormente, freír en aceite bien caliente.
Sea como fuere, estamos seguros de que los churros, uno de los platos más populares y demandados de todo el mundo, seguirán consumiéndose a pesar de que aún no conozcamos al 100% su origen.